El río Támesis es el río más largo de Inglaterra, con 346 km de los cuales, 306 son navegables.
El paseo que dimos por sus orillas, lo hicimos por el tramo que va desde el Parlamento hasta la Torre de Londres.
El Big Ben, famoso por su exactitud horaria, vigila, impasible, el ir y venir de los miles de turistas que deambulan por allí, mezclándose con los habitantes de la ciudad.
El paseo que dimos por sus orillas, lo hicimos por el tramo que va desde el Parlamento hasta la Torre de Londres.
El Big Ben, famoso por su exactitud horaria, vigila, impasible, el ir y venir de los miles de turistas que deambulan por allí, mezclándose con los habitantes de la ciudad.
El Thames está lleno de vida. Los barcos van y vienen, unos con cargamentos de mercancías para abastecer la ciudad, que ahora son minoritarios, pues ya no hay tanta actividad portuaria. Otros, la mayoría, de recreo, van llenos de turistas.
Después de la Segunda Guerra Mundial, las grandes centrales eléctricas que había en sus orillas cerraron y muchas de ellas fueron transformadas en museos, como es el caso del Tate Moderm, que de noche luce estos colores tan llamativos.
El río está surcado por puentes, cada uno diferente de los demás, que unen las dos orillas. También hay pequeños muelles de madera, de la época victoriana, que le dan un aire romántico al lugar. Unas coquetas playitas de arena fina se abren aquí y allá, a las orillas del gran río, que sufre fuertes mareas cada seis horas.
En la orilla contraria a donde se levanta el Big Ben, luce, queriéndole quitar protagonismo, y junto al Museo Dalí, el London Eye, una noria gigante, que tarda media hora en dar una vuelta completa. Para poder subir en sus cápsulas, hay que salvar una estupenda fila que en muchas ocasiones supera las dos horas de espera. Después de esto, hay que pasar un severo control de seguridad, donde te "confiscan" cualquier objeto que ellos consideren peligroso, como mi minitrípode gorillapod. Debía parecerles sospechoso y peligroso eso de que se retoricera al gusto del consumirdor. A la salida te lo devuelven en la consigna que tienen para ello.
Las vistas desde esas alturas son espectaculares, y bien merecen la pena la espera para subir.
En el otro lado del río, miran el subir y bajar de las mareas antiguos edificios victorianos, llenos de encanto, que parecen salir de las ilustraciones de "Peter Pan", y que me llamaron mucho la atención.
Pero lo que más me enganchó fue la White Tower y su famoso puente, el Tower Bridge, que muchos confunden con el London Bridge, que está un poco antes, según se va hacia la torre.
Esperamos hasta que anocheciera. No quería volver a casa sin una foto del Puente de la Torre iluminado.
Con la caida de la noche, el Thames se enciende y adquiere una atmósfera mágica y misteriosa.
Solo faltó la famosa niebla, que no la vi aparecer por ningún sitio. Eso sí, frío tuve, para regalar!!
© 2008-2009 MayteVidal
Acabo de descubrir tu blog y tienes unas fotos muy bonitas. Volvere a visitarte.
ResponderEliminarBesos
Preciosas fotos de Londres Mayte.
ResponderEliminarMuy bonitas!!!
Gracias por enseñarnos lo más llamativo de la ciudad.
Por cierto de esa Noria no tenía ni idea.
Un saludo.
muy bonita esta serie mayte ademas con ese tratamiento que tanto me gusta, la mejor foto para mí es la de la bici en el puente, me voy a tu otro blog que veo novedades. un abrazo
ResponderEliminarHOLA MAITE, UN BUEN REPOR...
ResponderEliminarSALUT
JOAN
hola Mayte he llegado a tu blog de rebote y la verdad que lo que he visto me ha gustado bastante..tu serie de londres es genial...seguire entrando a ver tus novedades..
ResponderEliminarsalu2