La Ciudad encantada es un paraje calcáreo de gran belleza. Está situado en la serranía de Cuenca, a 36 km de Cuenca capital.
Cogiendo la carretera que va a Tragacete, pasamos por un mirador natural sobre la hoz del Júcar, llamado El Ventano del Diablo.
A partir de aqui, en unos de 5 km encontramos el desvío que nos lleva entre pinares, hasta la entrada de la Ciudad Encantada. Su formación data de la Era Secundaria. En 1929 fué declarada Sitio Natural de Interés Nacional.
Como este paraje se encuentra en una finca privada, hay que pagar una pequeña entrada.
Todo el recorrido está señalizado con carteles que indican los nombres de las formaciones rocosas.
Es un recorrido de unos 3 km, fácil de hacer, normalmente por terreno llano, y donde se atraviesan praderas que en la época en la que fuí, estaban llenas de pequeñas flores.
También pasamos entre paredes, transformadas por la erosión en estrechos pasillos rocosos.
Terminando ya el recorrido, el cielo comenzó a tornarse plomizo. Sólo tuvimos tiempo de entrar en el coche y salir, rumbo a casa, antes que descargara una fuerte granizada.
© 2004-2009 MayteVidal
Terminando ya el recorrido, el cielo comenzó a tornarse plomizo. Sólo tuvimos tiempo de entrar en el coche y salir, rumbo a casa, antes que descargara una fuerte granizada.
© 2004-2009 MayteVidal
Un lugar encantador, nunca mejor dicho, y pensar que yo estuve unos dias en Tragacete y no se me ocurrió ir a visitar esto, bueno, no se moverá de sitio. Bonito reportaje.
ResponderEliminarPues para la próxima oportunidad, no dejes de visitar la Ciudad Encantada, porque realmente es algo curioso. Pasear entre esas moles gigantescas, solo con el sonido de la naturaleza (por lo menos cuando yo estuve), merece mucho la pena.
ResponderEliminarY, por supuesto, no creo que se muevan. Si no lo han hecho en tantos millones de años....:D Seguro que estarán ahí, esperando que vayas a pasear por allí.
Merece la pena visitarlo, es algo muy curioso,llaman mucho la atención esas formaciones gigantescas. Y un buen lugar para hacer fotos.
ResponderEliminarSaludos, Mayte!