Los lagos de Covadonga

Se trata de dos lagos de origen glaciar.

Sus nombres son Lago Enol y Lago Ercina, y se encuentran en el Parque Nacional de los Picos de Europa, en su vertiente asturiana.
Para llegar hasta ellos, hay que coger, desde Cangas de Onís, la carretera AS-262, que lleva hasta el Santuario de Covadonga, y desde allí, la CO-4, y subir unos 14 km.

La carretera es estrecha, con curvas, precipicios y unas vistas de lo más emocionante (me reservo para mí el miedo tonto que pasé en la subida).

Mientras subimos, vemos rebaños de vacas pastando en las laderas.





El primer lago que nos encontramos es el lago Enol.

Es el más grande y dentro de él se halla sumergida una imagen de la Virgen de Covadonga, a la que se saca y se lleva en procesión todos los 8 de septiembre.



Siguiendo la carretera, un poco más arriba, llegamos al parking que está entre medias de los dos lagos.
En la otra parte, se encuentra el lago Ercina.

Es más pequeño que el lago Enol, pero tiene las mismas características.



Los dos lagos están separados por la Porra del Enol, y a una distancia uno del otro algo inferior a 40 metros.



En las inmediaciones se pueden ver también los restos de Buferra, las minas de hierro, mercurio y manganeso, que hasta 1979 se explotaron en este paraje.
Alrededor del lago Ercina, había muchos grajos, que no parecían asustarse de los turistas que iban de una lado a otro, paseando por sus verdes praderas y subiendo por algunas de las peñas próximas al agua.












Sin duda es un sitio que merece la pena ir a visitar, y de tener oportunidad, hacerlo en las diferentes épocas del año.


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