Víctor viene a recogerme al trabajo y salimos hacia Guadalajara.
El punto de destino es el puerto de La Quesera.
Es tarde y por el camino se nos va haciendo de noche.

Antes de llegar, paramos en Campillo de Ranas, a tomar unas cervezas.
Continuamos el camino. Un corzo cruza delante nuestro y se pierde en la oscuridad, entre los arbustos.
Llegamos a lo alto del puerto de La Quesera. Buscamos un sitio cómodo para extender los sacos, y cenamos un poco.
Pasamos la noche allí, en el HOTEL DE LAS 1000 Y 1 ESTRELLAS. ¡Una delicia!

El sueño llegó de la mano de una lluvia de estrellas, y con la salida del sol, levantamos el "campamento" y emprendimos la subida.
Unas vacas y sus terneros nos dan los buenos días.


Caminamos, subiendo por el cortafuegos y llegamos a lo alto del cordal. Descendemos un poco por el collado, y nos disponemos a subir la segunda cuesta, larga y "trabajosa" pero que sorteamos bien, eso sí, parando alguna que otra vez, a hacer fotos, y a admirar las maravillosas vistas de Riaza.


Volvemos a bajar un poquito, hasta el collado de Prado Llano, y allí cogemos la tercera subida. Llegamos a una zona rocosa, que cruzamos mientras admiramos la belleza del paisaje que se extiende ante nuestros pies.
¡Qué sensación de libertad más grande!




Desde allí, llegamos al collado de San Benito, a 1867 metros, y continuamos hasta el collado de Las Peñuelas, a 2194 metros, desde donde se ve lo que nos queda hasta llegar al Pico del Lobo.


Por fin, llegamos.
Un "peludito" nos da la bienvenida, y nos hace compañía mientras descansamos un rato en el vértice geodésico.
Banderines de colores ondean al viento, allá arriba.
Estamos en EL TECHO DE GUADALAJARA.




Admiramos las vistas, y Víctor me muestra multitud de granates, en las rocas.


Contemplamos el vuelo de varios buitres, sobre la estación de La Pinilla, y comenzamos el descenso, por el mismo camino.
Llegando al collado de San Benito, giramos a la derecha y continuamos entre pinares, hasta el puerto de La Quesera, donde cogemos el coche, de vuelta a casa.
Ha sido un día maravilloso y la subida me ha recargado el alma.




MayteVidal © fotografia