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domingo, 18 de octubre de 2009

Visitando Camprodón

Visité Camprodón en compañía de Jordi, mi buen amigo de Barcelona.
Era finales de diciembre, y había nevado mucho.
Dejamos el coche en un lado de un camino, junto al paseo Maristany, y bajamos a hacer algunas fotos.
La nieve nos llegaba a mitad de la pierna y había sitios, donde no nos hundíamos porque la nieve estaba helada.
Parecia una postal de navidad, sacada de las historias de Dickens.

Paseo Maristany

El farolillo

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Casita en Camprodón

Cogimos el coche de nuevo y lo dejamos en otro lugar. Bajamos y fuimos a dar una vuelta por la zona del rio.
Estaba muy bonito, todo nevado, con sus casas de colores en el borde del rio.

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El puente

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Casitas de colores

Estuvimos viendo un caserón en ruinas, que me tiene loquita. Como me gustaría que fuera mío, y reformarlo dándole el esplendor que tenía en sus años buenos! Es una pena que esté como está...

Caserón

En las afueras, hay un hotel, todo de madera, muy chulo, que confiere al paisaje un aire a Suiza. En los prados, cubiertos de nieve, encontramos muchos caballos, pastando forraje.

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Camprodón tiene algo que me enganchó...sus casas, su gran cantidad de árboles y vegetación...no sé. Me gusta. Es uno de mis lugares favoritos.
MayteVidal © 2009

domingo, 4 de octubre de 2009

Frigiliana, una perla en la sierra malagueña

En mi viaje con Víctor a Málaga, él quiso enseñarme uno de los pueblitos más bellos que hay. Frigiliana se encuentra en la sierra malagueña, en la comarca de La Axarquía, a unos 300 metros, más o menos, sobre el nivel del mar, entre la Sierra de la Almijara y el mar Mediterráneo.

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Sus casas encaladas, de un blanco tan blanco y su multitud de flores y plantas a las puertas y en los balcones de las casas, nos dan la bienvenida.
Sus calles son todas en cuesta, algunas bastante empinadas. Pero no importa. Es tan grande el encanto que desprende este lugar que ni nos fijamos en las cuestas.
Cuando llegamos, el cielo empezaba a cubrirse y amenazaba tormenta, pero el sol luchaba por abrirse paso entre los nubarrones y creaba un juego de luces que a mi me parece de lo más hermoso.


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Hicimos una primera parada, para tomar un te, sentados en una terraza con vistas a la sierra. Toda una delicia.

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Dispersas por las calles, se encuentran varias cerámicas con la historia de Frigiliana.

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Paseamos por Frigiliana toda la mañana, visitamos su iglesia y callejeamos por sus barrios donde convivían antaño las tres culturas: árabe, judía y cristiana.
En uno de sus rincones, hay una fuente dedicada a ellas, con los tres símbolos sobre los tres caños de los que sale un hilillo de agua fresca. Me reí un rato con las ocurrencias de Víctor en esta fuente...

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Tomamos unas cervezas y unos aperitivos...tortilla de camarones, ¡qué rica!
Curioseamos sus tiendas, abiertas a las calles, y llenas de cosas que me hubiera encantado traerme a casa...

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...y compramos unos vinitos dulces, típicos de Málaga, y que están muy ricos, antes de volver al "cuartel general"
Me faltó vivir este pueblito de noche, con sus luces encendidas y dándole un toque mágico, pero...volveré.
©2009 MayteVidal